Si había algo mejor para refrescarnos, aquí están, piscinas ecológicas.

Estas se basan en un sistema de filtración producida por una variedad de plantas y filtros de grava y arena.

Sus formas y variedad nos hacen recordar aquellos estanques en el campo, rodeados de vegetación.

Aunque parezca algo nuevo, se vienen realizando hace 15 años, en Austria, Alemania e Inglaterra.

Las plantas acuáticas utilizadas, aceleran el proceso del crecimiento beneficioso de microorganismos que eliminan las bacterias perjudiciales. Todo esto seguido de un proceso de calentamiento del agua por el sol zona que se denomina “de regeneración”.

Todo este proceso mantiene un curso natural, y podemos ver saltos de agua, y plantas que en su ribera filtran y depuran.

Dependerá de la zona y el clima para su ubicación y personas idóneas en esta materia para realizar el trabajo.

 

Vía: ecohabitar